Recientemente otro nuevo estudio científico dio lugar a un montón de nuevos artículos en la web. La forma en que nos vemos se debe a muchas razones diferentes. En primer lugar, por nuestro tipo de cuerpo genético.
Si lees los diversos artículos sobre ello sabes que algunos tipos de cuerpo pueden ganar músculo más fácilmente que otros. Aún así, todo el mundo puede convertirse en un culturista.
Imágenes de microscopía que muestran cortes transversales de fibras musculares con (derecha) y corrector (izquierda) esteroides anabólicos.
Uno nace con un determinado tipo de cuerpo, en la mayoría de los casos no como uno de los tres principales, sino como una combinación de todos los tipos de cuerpo. Es muy importante para el hecho de cómo te verás más adelante en la vida, cuán joven empezaste a entrenar.
O cuánta masa grasa ganaste cuando eras joven. Y cuánto trabajo físico hiciste cuando eras joven. El cuerpo humano se adapta a la situación ambiental. Es obvio que alguien que creció en una granja y ayudó a trabajar duro y pesado desarrolla un cuerpo diferente al de una persona similar que creció en la gran ciudad para no levantar un dedo.
Hay una fuerte correlación entre la fuerza muscular y la masa corporal magra, así como el tamaño del esqueleto. La contribución genética a la fuerza muscular, evaluada por estudios de heredabilidad, puede ser de hasta el 65 por ciento, pero esto todavía deja margen para la influencia de los factores ambientales.
El principal correlato ambiental de la fuerza muscular durante la vida adulta es la actividad física. Además, la masa y la fuerza muscular de los adultos pueden ser modificables por las influencias ambientales que actúan en los períodos críticos durante la vida intrauterina y el primer período postnatal.
Estudios recientes han demostrado que el peso al nacer está positivamente correlacionado con la masa muscular, el metabolismo muscular y la fuerza muscular de los adultos.
Lamentablemente, junto a la memoria muscular también conocemos una condición conocida como memoria de la grasa. Esto da como resultado una cierta composición corporal. Al igual que con el músculo, parte de nuestra masa grasa es genética y parte se debe a su nutrición.
Si tienes curiosidad sobre la genética y las proporciones corporales, lee este artículo.
Hasta hace poco se creía que durante la pérdida de músculo (atrofia) las células musculares perdían núcleos por un mecanismo de autodestrucción nuclear llamado apoptosis (muerte celular), pero observaciones recientes usando imágenes de time-lapse in vivo en ratones no apoyan este modelo.
La observación directa indicó que no se pierden núcleos en esas condiciones, y se demostró que la apoptosis observada en el tejido muscular sólo se produce en otros núcleos celulares del tejido, por ejemplo, en el tejido conectivo y en las células madre del músculo (llamadas células satélites).
Dado que las imágenes in vivo han confirmado que los núcleos celulares se añaden durante el entrenamiento de fuerza y no se pierden en la posterior desintoxicación, los núcleos podrían proporcionar un mecanismo para la memoria muscular.
Así pues, al volver a entrenar los núcleos adicionales ya están ahí y pueden empezar rápidamente a sintetizar nuevas proteínas para construir masa y fuerza muscular.
Los núcleos musculares adicionales obtenidos por un episodio de entrenamiento de fuerza, parecen ser muy duraderos, tal vez permanentes, incluso en músculos que están inactivos durante mucho tiempo.
La capacidad de reclutar nuevos núcleos se ve afectada en los ancianos, por lo que podría ser beneficioso realizar un entrenamiento de fuerza antes de la senescencia.
El dopaje con esteroides anabólicos también parece actuar en parte reclutando nuevos núcleos, por lo que es posible que los AAS (esteroides anabólicos androgénicos) proporcionen a los atletas un beneficio duradero (tal vez de por vida) en comparación con los atletas que no utilizan AAS.
Las células musculares grandes (abajo) contienen más núcleos que las células musculares pequeñas (arriba)
En el nuevo estudio, los investigadores dirigidos por Kristian Gundersen, un fisiólogo de la Universidad de Oslo, probaron el efecto de los esteroides en ratones hembra. El equipo había demostrado previamente que el ejercicio construye nuevos núcleos en las células musculares.
Los núcleos son los compartimentos celulares donde se almacena el ADN, y las células musculares suelen tener múltiples núcleos. Aumentar el número de núcleos le da a los músculos la capacidad de construir más proteínas
Los esteroides pueden seguir potenciando la capacidad de construcción de los músculos mucho tiempo después de que una persona deje de tomar los medicamentos, según sugiere un nuevo estudio sobre ratones.
El hallazgo podría significar que los atletas que hacen trampas tomando esteroides anabólicos deberían ser suspendidos de la competición durante una década o más.
La investigación también sugiere que el desarrollo de los músculos en la juventud podría tener beneficios que duren hasta la vejez.
Dado que la capacidad de generar nuevos mionúcleos se ve afectada en los ancianos, nuestros datos también invitan a especular que podría ser beneficioso realizar un entrenamiento de fuerza cuando se es joven para beneficiarse en la senectud
Las dosis de testosterona esteroide causaron que los ratones añadieran núcleos a sus músculos, según informan los investigadores el 28 de octubre en el Journal of Physiology.
Después de dos semanas de tratamiento con esteroides (propionato de testosterona), las células musculares tenían hasta un 66 por ciento más de núcleos por fibra muscular.
Los ratones que no recibieron esteroides, pero que se sometieron a una cirugía que cortó un músculo para que otro trabajara más, tenían 51 por ciento más de núcleos en el músculo sobrecargado de trabajo. Los ratones que recibieron tanto esteroides como cirugía construyeron 92 por ciento más núcleos en su músculo sin cortar.
Gráfico: Cuantificaciones del área de la sección transversal. Los músculos tratados con esteroides 13 semanas antes (rojo) crecieron significativamente más rápido que los animales tratados de manera fraudulenta (azul) cuando fueron sometidos a una sobrecarga del músculo.
Las células musculares de los ratones también se amontonaron, pero eventualmente se redujeron al tamaño pre-esteroide después de que las drogas fueron suspendidas. Los nuevos núcleos no desaparecieron, sin embargo, comprobó el equipo de Gundersen.
Los músculos tratados con esteroides mantuvieron sus núcleos mal habidos durante al menos tres meses, lo que corresponde a una década en la vida de los humanos. El efecto puede durar aún más, pero los investigadores no ampliaron el experimento para averiguarlo.
Cuando los músculos fueron trabajados tres meses después de que el tratamiento con esteroides se detuvo, la masa muscular de los animales que anteriormente tomaban testosterona rebotó de inmediato, aumentando en un 31 por ciento en los primeros seis días.
Los ratones que nunca tomaron esteroides sólo agregaron alrededor del 6 por ciento a su masa muscular durante ese tiempo.
“En mi carrera ha sido raro ver resultados tan claros”, dice Gundersen. “Es más dramático de lo que pensé que sería”.
Otros investigadores también están impresionados con los resultados.
“No hay duda de que son datos muy interesantes y muy fuertes”, dice Bengt Saltin, un fisiólogo de la Universidad de Copenhague. “Este debería ser un tema más candente en la investigación muscular y la fisiología”, dice.
Las personas mayores a menudo tienen problemas con el desgaste muscular, y el nuevo estudio sugiere que el ejercicio en la edad adulta joven podría ayudar a los músculos viejos a recuperar el vigor con el ejercicio más tarde.
Lawrence Schwartz, biólogo celular de la Universidad de Massachusetts Amherst, está de acuerdo. “La implicación es que una vez que tienes estos núcleos, nunca los pierdes.”
Los hallazgos podrían tener consecuencias para el tiempo de exclusión de los delincuentes de dopaje, ya que una breve exposición a los esteroides anabólicos podría tener efectos duraderos de mejora del rendimiento.
El profesor Gundersen dice: “Los resultados en nuestros ratones pueden corresponder a los efectos de los esteroides que duran décadas en los seres humanos dado el mismo mecanismo de ‘memoria muscular’ celular.
Los nuevos resultados podrían estimular un debate sobre el actual código de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) en el que el tiempo máximo de exclusión es actualmente de dos años”.
Ambos investigadores también dicen que antes de que las agencias antidopaje puedan decidir por cuánto tiempo se debe prohibir la competición a los atletas que hacen trampas, sería necesario realizar una investigación similar en humanos para ver por cuánto tiempo los esteroides ejercen su influencia.
“Sospecho que los fundamentos de la fisiología muscular van a ser muy similares”, dice Schwartz sobre los ratones y los humanos. Pero dados los efectos secundarios de los esteroides y la dificultad de estudiar grandes muestras de músculo en personas vivas sin causar daño, “no veo ninguna manera fácil, ni siquiera ética de hacer esto en los humanos”.
Una posibilidad podría ser tomar biopsias de músculo de atletas que han admitido usar esteroides.
La imagen de la derecha muestra lo que sucede cuando dejas de entrenar tus músculos. Terminarás con un trasero caído (y brazos y pechos).
Si la chica de la izquierda ha estado entrenando antes y comienza a hacer sentadillas, sus nalgas pronto se parecerán a las de la derecha.
Nos haría felices a los hombres si todas las chicas entrenaran el músculo del glúteo mayor, tan bien…
Memoria muscular y número de núcleos
Para entender mejor las causas de la memoria muscular, un reciente experimento puso los músculos de los roedores bajo carga y encontró que los núcleos musculares comenzaron a aumentar al sexto día. Los músculos comenzaron a crecer en tamaño para el día nueve, y para el día 21 el músculo que trabajaba duro había aumentado sus núcleos en un 54%! Básicamente, se demostró que los núcleos vienen primero y la masa muscular después.
En un experimento relacionado, después de entrenar los músculos del roedor durante dos semanas, cortaron los nervios que conducen al músculo causando que se encogiera por el desuso. A medida que el músculo se hacía más pequeño, se desinfló hasta un 40% de su tamaño, pero el número de núcleos en el músculo NO CAMBIÓ. Tres meses más tarde todavía estaban allí, y aunque los investigadores no saben actualmente cuánto tiempo durará el efecto, es evidente que los núcleos añadidos permanecen mucho tiempo.
La imagen de abajo explica el proceso:
