La metiltestosterona es uno de los esteroides anabólicos más antiguos que existen y uno de los más importantes que se han creado. La hormona testosterona es el primer esteroide anabólico jamás sintetizado, y era simplemente testosterona en brut. En 1937 el Propionato de Testosterona llegaría al mercado, y sería el primer compuesto de testosterona en base a éster. También sería el primer compuesto de testosterona disponible regularmente para uso comercial. Sin embargo, un año antes, en 1936, aparecería la metiltestosterona, y aunque no es tan común como antes, todavía tiene un lugar en los planes de tratamiento con testosterona medicinal.

Sobre una base funcional, la metiltestosterona proporciona al cuerpo la testosterona que le puede faltar. Debido a su baja biodisponibilidad y a la potente naturaleza estrogénica que cubriremos en la sección de efectos secundarios, esto la convierte en una mala elección para el rendimiento.

La hormona de la testosterona afecta enormemente a nuestro bienestar físico y sexual, y hasta cierto punto, incluso a nuestra función mental. Cuando los niveles son bajos, todas y cada una de estas áreas pueden verse afectadas negativamente. Por el contrario, cuando los niveles bajos se combaten con compuestos como la metiltestosterona las funciones vuelven a donde se supone que deben estar.

Los efectos de la metiltestosterona se producen por el simple hecho de aumentar la cantidad de andrógenos circulantes a través del uso exógeno de esta hormona. Esto podría hacerse para combatir una condición provocada por niveles bajos, o podría ser para aumentar los niveles de
andrógenos por encima de los niveles de referencia para ayudar a combatir otra condición. Al suplementar con este andrógeno, los efectos de la metiltestosterona deberían mejorar el impulso sexual del individuo y aumentar los niveles de energía que suelen disminuir con los bajos niveles de la hormona en el cuerpo. Aquí es donde los efectos de la metiltestosterona beneficiarán enormemente a la paciente menopáusica o andropausia.